Contenidos descargables (DLCs): ¿Cuánto estás dispuesto a pagar por un videojuego?

06 noviembre 2010 Etiquetas: ,
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Por:  Emi
 
Corren tiempos dificiles para los jugones. Videojuegos con precios prohibitivos  junto a miles de contenidos descargables cada vez más necesarios hacen que el placer de jugar al ordenador o la videoconsola se estén convirtiendo en auténticos lujos al alcance de muy pocos. ¿Tiene que ver este incremento del precio en los videojuegos con la consecuente subida de los índices de piratería? ¿Es justo que las desarrolladoras intenten exprimir tanto el bolsillo de los clientes? Hoy no voy a hablar como informático al que le gustaría desarrollar videojuegos en un futuro, si no como una persona a la que le gusta pasar sus ratos libres con un mando entre las manos y que está cada vez más cabreado con esta situación.


Este verano, tras un tormentoso (y tortuoso) año académico plagado de exámenes, prácticas, proyectos y trabajos, cogí mi flamante Xbox 360 con más ganas que nunca. Tenía una infinidad de juegos pendientes por jugar, y estaba ansioso por exprimir hasta el último bit de los DVD de doble capa. Gracias a la fantástica planificación de horarios de la Escuela de Informática de Ciudad Real (nótese la ironía) mis vacaciones abarcaron desde el 15 de julio hasta el 6 de septiembre, mes y medio en el que devoré los siguientes videojuegos:

- Red Dead Redemption, de Rockstar.
- Mass Effect, de Bioware.
- Mass Effect 2, de Bioware también.
- Alan Wake, de Remedy Entertainment.

Creo que es impensable dudar de su calidad, y de hecho quien los haya jugado entenderá que con ellos disfruté como un puñetero enano. Sin embargo encuentro un par de casos en los que a las distribuidoras habría que darles un tirón de orejas, para ser más exactos en los dos últimos títulos de la lista.

Pongámonos en situación: acabas Mass Effect 2, después de unas 30 horas de aniquilar alienígenas, intentar ligarte a la chorba (o el chorbo, dependiendo del sexo de Shepard), etc. Estás con los pelos de punta tras haber terminado soberana obra maestra, y te sientas delante del ordenador para contarle a todos tus amigos de Twitter lo que te ha gustado (y de paso quedar delante de ellos, una vez más, como un absoluto friki). De paso, te metes en un par de páginas especializadas en el género para descubrir con cierta sorpresa y mucho cabreo que la historia oficial no está completa, y que si quieres completarla tendrás que pagar religiosamente otros 10 euros aproximadamente a EA y descargar un contenido descargable. Huelga decir que no pasé por el aro, me ha tocado joderme y tragarme los vídeos en YouTube para enterarme de que narices ha pasado con uno de los protagonistas del juego original.

Aun con cierto cabreo, decido olvidarme por unos días de la ciencia ficción y me dispongo a jugarme el survival horror que ha estado en boca de todos durante los últimos años: empiezo a jugarme Alan Wake. En cosa de 20 minutos estoy totalmente inmerso en su atmósfera, flipando de la ambientación digna de un relato de Stephen King que un grupo de programadores finlandeses pusieron a nuestra disposición. Lo juego un día, lo juego un segundo y el tercero lo termino. Entonces es cuando soy testigo de un final un tanto soso, al que le falta algo. Confundido, me vuelvo a sentar delante de mi portatil y busco durante cinco minutos en busca de más gente que piense igual que yo. ¡Menuda sorpresa me llevo al enterarme de que el final oficial del juego estaŕa contenido en un contenido descargable que, como no, habrá que pagar! Esta vez paso de vídeos, paso de leer por ahí...menuda forma de dejar a la gente con un sabor de boca agridulce con tamaños juegazos.

Ahora intenta abstraerte durante un minuto e imagínate en la puerta de La Casa del Libro dispuesto a comprar el último libro de nuestro escritor favorito. Después de soltar 30 euros y maldecir una y mil veces por tener que pagar cultura a precio de oro te diriges a tu casa, te sientas en el sofá y te pones a leer. Acabas sin piedad con todos los capítulos del libro, y cuando llegas a la última palabra y te percatas de que el libro está inconcluso. Entonces es cuando giras la página esperando encontrar algún tipo de conclusión, y lo único que encuentras es el siguiente mensaje:


Si desea leer el final, no dude en comprar el último capitulo en su librería favorita. ¡Solo por otros 10 eurillos de nada!


Lo más seguro es que en ese caso se te quedase cara de tonto, y las ganas de matar al iluminado que ha intentado quedarse contigo aumentarían de manera exponencial. Pues bien, algo así es lo que siento yo cada vez que me entero de noticias del estilo.

No me malinterpretéis, veo estupendo que las desarrolladoras quieran proporcionarnos ciertos contenidos extra, y que el usuario tenga que pagar por ellos. Si yo estuviese metido dentro del mundillo del juego online, seguramente vería rentable pagar 8-10 euros por un paquete que incluyera nuevos mapas, personajes, armas, etc. del juego en cuestión, pero me parece una sobrada que después de dejarte 50 o 60 euros en un juego tengas que pagar otros 10 para poder disfrutar del final. Al final lo que consiguen es que la gente se lo piense muy mucho antes de comprarse un juego recién salido, y que espere a la típica edición Game of the Year (o similares) que incluya todo tipo de expansiones aparecidas hasta el momento por un precio razonable.

Si a ese aspecto le unís la posibilidad de importar desde tiendas extranjeras como Play.com o Amazon (mejorando muchísimo el precio que encontramos en tiendas españolas), puede que en 6 meses tengáis por 30-40 euros un juego que, de haberlo comprado en su momento de lanzamiento y haber descargado sus DLCs más importantes, podría haberos salido por hasta el triple de su precio. De hecho, si yo no tengo en estos precisos momentos Fable III en mis manos es por ese mismo motivo. Ya me han engañado suficiente, y no voy a tropezar una tercera vez sobre la misma piedra.

¿Y tú? ¿Cuánto estás dispuesto a pagar por un videojuego?

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