Viviendo en Gran Hermano

12 octubre 2010 Etiquetas:
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Por: Emi

Como si de una (terrible) historia de ciencia ficción se tratase, cada vez podemos ver más y más cámaras de vigilancia por las calles de nuestras ciudades. Esto nos plantea un debate moral... ¿Merece la pena renunciar a nuestra intimidad si ello supone un aumento en lo que a seguridad se refiere? ¿Deberían contar con la opinión del ciudadano antes de tomar ese tipo de medidas? ¿Las cámaras se han colocado para proporcionar seguridad o sólo para obtener dinero fácil gracias a las multas?




No, en esta entrada no pretendo comentaros las experiencias que te podría proporcionar participar en un casposo reality show de televisión (ese trabajo se lo dejaremos a gente analfabeta cuyo mayor logro en esta vida ha sido acostarse con el famosete de turno). He elegido el título de la entrada como un claro homenaje a la novela 1984 de George Orwell en el que el Gran Hermano era un ente omnipresente encargado de controlar toda la sociedad que el autor nos presenta, utilizando entre otros medios una exhaustiva vigilancia que incluso llegaba al interior de los hogares familiares.

No os equivoquéis, no pretendo ser alarmista ni ver conspiraciones judeo-masónicas donde no las hay, pero me parece inevitable encontrar paralelismos entre la historia de Orwell y lo que está sucediendo en muchas ciudades españolas. Sin ir más lejos, en mi pequeña ciudad (quizás sería más apropiado llamarlo pueblo grande) se han instalado algunas cámaras en las últimas semanas. Pero, ¿Qué se pretende con ello? ¿Aumentar el número de multas? ¿Proporcionarnos mayor seguridad?

Sea cual sea la respuesta, me parece una medida estúpida y fuera de lugar. Se supone que para garantizar nuestra seguridad estamos pagando (y bastante bien, por cierto) dos cuerpos de policía. ¿Por qué no se incrementan el número de patrullas en lugares especialmente conflictivos? En la mayoría de poblaciones sería una medida más que suficiente... Pero claro, con la instalación de cámaras de vigilancia, los ayuntamientos podrán llevarse un puñado de votos para las siguientes elecciones (que, casualmente son el año que viene) de la gente mayor, que estará absolutamente convencida de que de esta forma se erradicará el tráfico de drogas o el vandalismo de nuestras calles. ¿La pura realidad? El crimen seguirá en el lugar en el que está en estos momentos. Recordad que vivimos en el país de la picaresca, y que aquí el criminal corre más (mucho más) que el policía. Que conste que no soy ningún adivino, pero si queréis podéis apuntar cual será uno de los primeros crímenes que se cometerán después de la instalación de las cámaras: el deterioro de las mismas. Al tiempo.

Dejando de lado todo esto, me incomoda bastante el hecho de que se me esté grabando sin mi consentimiento... No soy ningún criminal, y supongo que a la gente que esté detrás de los monitores conectados a la imagen de las cámaras les importará tres cominos lo que yo haga o deje de hacer, pero aun así me parece fuera de lugar que se pueda vigilar con quién me junto, lo que visto o que revistas o prensa compro.

Si George Orwell levantase la cabeza...

1 comentarios:

  1. Anónimo says:

    No estoy para nada de acuerdo. Te puedo asegurar que visualizar a 100 personas a la vez no tiene ningún sentido, es imposible observar cada detalle de las mismas. Lo que si se puede observar es cambios en las "masas", como por ejemplo ante peleas y actuar ante ello, accidentes de coche en las calles...

    La principal ventaja de las cámaras es sin duda el poder "revisar la historia".Me explico:

    Si te atracan en plena calle, si te agreden, si te destrozan el coche, enseguida acudirás a denunciarlo a la policía.Pues bien, denunciarlo no vale de nada si no se puede revisar un video y ver que efectivamente te están atracando en él y si se puede identificar al atracador. No solo hay que encontrar al atracador, sino, además, demostrarle a un juez que te atracó.

    Hay ventajas y también hay inconvenientes, como el tema de la privacidad, pero vamos, ver un video de una camara de una ciudad debe ser como buscar a Wally.¿Serías capaz de prestar atención a los cientos de personajes que aparecen en una página de busca a Wally?,¿ o solo tratarías de buscarlo a él?